Más allá de los errores propios de diagnóstico y procedimiento, lo cierto es que el déficit que padece la Argentina, incluido el desabastecimiento energético, ha sido el último regalo del último gobierno peronista. Es decir, de ese peronismo que ahora acusa, con una sola voz, de insensible y ajustador a un gobierno que no tiene otra alternativa que achicar el gasto en un país que vio cómo se dilapidaba o se fugaba en valijas la bonanza de la década perdida, y donde ninguna corporación quiere perder el privilegio de vivir de arriba.
Copiado de ¿Dónde está el peronismo racional?
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