La novedad es que ahora, además de ser DT y ministros de Economía, aprendimos a combinar todas estas disciplinas y sacar conclusiones mucho más sofisticadas.
Por ejemplo, en un diario kirchnerista amigo explicaban la contradicción de pedirle a los argentinos que ahorren energía mientras a los jugadores se les exige que la derrochen. Remataban el razonamiento resaltando que los Panamá Papers involucran tanto al conductor de la selección (Messi) como al del país (Macri). Como si Modric, el 10 Croacia, hubiera pensado en eso cuando le pegó como los dioses y la clavó junto al palo.
Mucho más original fue la explicación pública de Luis D’Elía y de Jorge Asís según la cual,detrás del mal rendimiento de Messi y la derrota de Argentina, estuvo Israel en represalia por el partido suspendido.
Todos sabemos que la inteligencia israelí es muy sofisticada. Pero nunca me hubiera imaginado que el Mossad tenia la tecnología necesaria como para lograr que Enzo Pérez, cuando íbamos 0 a 0 y con todo el arco libre, tirara la pelota afuera. A veces el antisemitismo y la estupidez se combinan de una manera desopilante.
Por eso amigo lector, este es el momento de mantener la calma, recuperar el equilibrio y dejar de ser el DT y el ministro de economía que todo argentino lleva adentro. Serenidad, educación y humildad por sobre todo.
Vos Sampaoli: ponelo a Armani en el arco, armá una buena línea de cuatro como Dios manda, pará en el medio un doble 5 con Mascherano, soltá un volante de creación para que Messi no tenga que bajar tanto a buscar la bocha y ponelo a Pavón de una buena vez, carajo.
Y vos Dujovne, bajame el déficit fiscal y buscate a un peluquero como la gente.
Déjense de joder.
Copiado de Armani, Pavón y el déficit fiscal.
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