Vos, letra propia ya tenés. Ya conocés el tema de memoria: subsidiamos todo a lo loco durante una década o más, nos fumamos todos los recursos, generamos un déficit infernal, lo financiamos con emisión lo que provocó 1.300% de inflación y, como todo el mundo sabe, en un país con inflación nadie invierte un sope. Ni en energía ni en nada. Para colmo, cero conciencia sobre ecología y ahorro energético. Somos Gene Kelly en “Cantando bajo la ducha”.
Llegados a este punto, ahora el problema es muy difícil de resolver. Sobre todo si encima no lo explicás bien. ¿Qué planes hay?
Cuando bajás los subsidios al mínimo, dejando sólo los que corresponden al 30% de pobres, bajás el déficit, bajás la emisión y a la larga bajás la inflación. Pero como subiste las tarifas, en el corto plazo te aumenta la inflación. En un país con inflación nadie invierte. Plan 1: nos vamos a vivir a Uruguay.
La otra opción es mantener los subsidios. En ese caso, no podés bajar el déficit, se sigue tomando deuda y emitiendo pesos lo que aumenta la inflación. Otra vez, en un país con inflación nadie invierte. Plan 2: nos vamos a vivir a Chile.
Los peronistas lindos proponen aumentar las tarifas al ritmo de la inflación lo cual será muy bonito pero no resuelve nada porque sólo actualizás el valor de los subsidios, mantenés el déficit, tenés que tomar deuda, emitis y asi aumentas la inflación. Una vez más, en un país con inflación nadie invierte. Plan 3: nos vamos a vivir a Perú.
Los peronistas feos piden retrotraer las tarifas a diciembre de 2016 y congelarlas hasta diciembre de 2019. O sea, aumentamos brutalmente los subsidios, por ende sube el déficit, tomamos deuda, emitimos y se dispara la inflación. Cuántas veces más lo vamos a repetir: en un país con inflación nadie invierte. Esto que propone el kirchnerismo es lo que hacen en Venezuela y, como todo el mundo sabe, les va fenómeno. Plan 4: no perdamos tiempo y mudémonos a Caracas.
Estamos hablando de Uruguay, Chile, Perú o Venezuela. No puede ser que nosotros, con cinco finales jugadas en los mundiales, y dos títulos ganados no podamos resolver este lio.
No hay magia. O aceptamos el problema y le ponemos el pecho o hacemos demagogia y que Dios nos ayude. Obviamente, los que tiene poquito pondrán poquito y a los que tiene mucho hay que arrancarles la cabeza. En el medio, a bancarse la que toque.
Copiado de Balcarce, una voz en el teléfono.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario