Desde el año pasado, el gobierno viene subestimando al mercado de capitales tanto local como internacional. Pegarle un tiro en el pie precisamente al brazo que te da de comer resulta en una estrategia sumamente ingenua y vorazmente costosa. Y aquí estamos, con una decisión que en el agregado significa poco pero que viene generando una serie de desarticulaciones elocuentes. Desde octubre 2017 la Argentina dejó de comprimir riesgo país, por el contrario, operó en el relativo mucho peor que Brasil, describiendo una dinámica de riesgo argentino que viene complicándose en estos últimos siete meses. Si a esto le agregamos un BCRA que parecería haber perdido su rumbo y una ley de mercado de capitales que sigue sin ser sancionada y que pone en peligro nuestra inclusión a mercados emergentes, pinta una historia de una clase política que nos está poniendo en una jaula de la que quizá no podamos salir.
Copiado de Dólar volando y fuga de reservas: sin embargo, es imposible una crisis.
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