"Este país parecería ser muy generoso con la torpeza de algunos personajes y altamente irrespetuoso con el accionar de otros, lo cierto es que nuestra implacable Peronia sigue siendo una feroz trituradora de funcionarios. Lo problemático es que cada vez que a un argentino se le sugiere mínimamente que el dólar pueda subir, su psiquis muta agresivamente y comienza a retumbarle en el oído una agobiante y recurrente palabra: “crisis”. Finalmente, alguien bien arriba decidió retrotraer todo como si la penosa conferencia no hubiera existido nunca y entonces, nos calmamos sólo por un rato, yo diría hasta después de paritarias. Lo relevante sin embargo, es que el problema de fondo sigue intacto: un déficit fiscal que distorsiona a toda la economía, es así de simple y a la vez sumamente dificultoso de corregir, en un entorno de políticos a los que no se les cae otra idea que el populismo y frente a una sociedad que se hace la tonta cada vez que hay que ponerle el pecho a la coyuntura. Peronia probablemente sea ese extraño principado para el cual el equilibrio no está definido, como sociedad tenemos preferencias tan extremas que se nos hace imposible lograr consensos elementales, sólo sabemos corregir a la fuerza frente a una crisis, nunca nos atrevemos a anticiparlas y mucho menos a evitarlas. Todavía por ejemplo, se critica al ajuste fiscal propuesto por López Murphy de caras al 2001 olvidándonos de que no corregir por entonces, nos condenó a 12 años K y a 15 años de default. Claramente, los argentinos no aprendieron a utilizar el concepto de valor presente. Pero hasta que no comprendamos que seguimos sin si siquiera estar encauzados hacia algo que se parezca a un sendero estable, los resultados serán siempre los mismos: un perro enloquecidamente girando en el mismo círculo que nunca llega a morderse la cola."
Copiado de Y el perro se muerde la cola: la inflación de 15% será inalcanzable en 2018, de Germán Fermo.
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