-A mí me hace acordar mucho a Alfonsín cuando los mismos sectores que se oponen -la izquierda desatada, el peronismo y había una especie de paroxismo incluso en el periodismo, lo digo con autocrítica- lo fueron acorralando y la respuesta de él fue fabricar billetes para tratar de no cortar cosas, y eso mismo se lo llevó puesto.
-Exactamente. Era una coyuntura muy complicada, incluso a nivel internacional. Estamos hablando de la década perdida, de una fuerte valorización financiera de los capitales, con un endeudamiento de países como la Argentina, con pocas posibilidades de obtener inversiones. La coyuntura actual es distinta, las cosas son bastante más simpáticas para la Argentina a nivel internacional que aquellas de los años 80. Lo que hay que evitar es que esta especie de tensión del proceso económico que se abre a partir de 2011 se corrija a través de un ajuste brutal como en 1989 o en 2001, porque eso supondría subir cinco o seis puntos los índices de pobreza estructural. Cada vez que salimos por esa vía terminamos mucho peor, más irreversiblemente pobres. Hay que ser muy cuidadosos, sobre todo en un país como este, con una cultura política no demasiado proclive a los pactos ni a la generosidad ni al patriotismo, tanto en términos políticos como en términos corporativos.
Jorge Ossana entrevistado por La Nación.
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