En sus últimos años, en otra Argentina, Jorge Luis Borges mantuvo diálogos radiales con el escritor Osvaldo Ferrari. Decía en uno de ellos: "Para mí el Estado es el enemigo común ahora; yo querría, lo he dicho muchas veces, un mínimo de Estado y un máximo de individuo. Pero quizá sea preciso esperar. No sé si algunos decenios o algunos siglos, lo cual históricamente no es nada, aunque yo, ciertamente, no llegaré a ese mundo sin Estados. Para eso se necesitaría una humanidad ética, y además, una humanidad intelectualmente más fuerte de lo que es ahora, de lo que somos nosotros; ya que, sin duda, somos muy inmorales y muy poco inteligentes comparados con esos hombres del porvenir. Por eso estoy de acuerdo con la frase: 'Yo creo dogmáticamente en el progreso'".
Copiado de Grande, pesado y caro: el Estado que supimos conseguir.
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