Eso, según Aldo Abram.
Aldo Abram, economista y director ejecutivo de Libertad y Progreso, caracteriza a la ciudadanía argentina como un grupo de personas con actitud adolescente: "Los políticos avanzan sobre los derechos de los ciudadanos todo lo que los ciudadanos los dejen avanzar. Pero eso pasa en todos lados. Aquí son los ciudadanos los que demandan que el Estado resuelva todo. Es una sociedad inmadura que viene de la colonia, del caudillismo. Cuando eso se mezcló con el fascismo, generó el populismo".
Los caudillos, dice Abram, gobiernan súbditos. "En este país, los ciudadanos quieren ser súbditos. Ahí está la inmadurez cívica. Lo que buscamos es delegar las responsabilidades en el Estado. No somos maduros como para resolver los propios problemas. Los argentinos escapamos al sacrificio y buscamos un líder mágico. Eso es el Estado, que aquí se confunde con el Gobierno. Los políticos entienden Estado y gobierno como lo mismo; quien maneja uno, maneja el otro. Ahí delegamos nuestras responsabilidades".
Copiado de Grande, pesado y caro: el Estado que supimos conseguir.
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