La Argentina de hoy es una lotería que utiliza al endeudamiento como aliado, a la presión social como excusa para la no corrección estructural y a la suerte como principal puerta de éxito. Es cierto que todo proyecto debe tener algo de fortuna para ser exitoso, pero también es verdad que a la misma hay que ayudarla y en ese frente, los argentinos estamos en una postura extremadamente pasiva ignorando una coyuntura externa que cambió de dirección, subestimando el formidable tamaño de nuestra crisis fiscal y sobrestimando la capacidad de rebote de una economía que sigue con las mismas incoherencias microeconómicas del kirchnerismo.
Copiado de Un globo sin aire y la gran parábola amarilla: ¿tiempo de vender bonos argentinos?
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