El Estado benefactor sueco se ha transformado en el último bastión de la esperanza en las soluciones desde arriba, desde las cúpulas del Estado, para aquellos problemas que sólo desde abajo, desde la creatividad social y empresarial, se pueden resolver.Para aquellos que se aferran a esta última utopía puede ser de interés leer este ensayo sobre Suecia después del modelo sueco. Hay muchas cosas que aprender de ese hermoso país nórdico de gente suave y retraída. Hay que aprender, por ejemplo, cómo a través de un pujante capitalismo abierto al mundo se crearon las condiciones de un progreso social sin precedentes que con el tiempo desembocó en un experimento estatista que finalmente –cuando llegó a poner en peligro las bases mismas de la prosperidad– fue relegado a la historia por el mismo pueblo de Suecia.Suecia está hoy buscando el camino hacia una sociedad del bienestar en la que el viejo Estado benefactor –que quería decidirlo y controlarlo todo– deja lugar a un Estado posibilitador –que posibilita la libre elección de los ciudadanos en materias básicas de bienestar. Esta búsqueda está inspirada por un profundo espíritu de solidaridad y justicia social, pero no como sustituto ni en contra de la libertad individual y la creatividad capitalista sino como su complemento dinámico. Esto es lo que América Latina puede aprender de Suecia, de la Suecia real de hoy y no del mito de un modelo sueco ya enterrado por sus propios creadores.
De la introducción del Libro de Mauricio Rojas.
Pueden descargar gratis el libro del sitio del
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