El siguiente es un fragmento del artículo del trágicamente fallecido periodista y escritor Germán Sopeña. Este artículo fué publicado en La Nación en abril del 2001, a sólo días del accidente aéreo en el cuál falleciera Sopeña. Las opiniones de Sopeña sobre Moreno siguen vigentes, tanto como cuando se publicaron:
Como suele suceder con quienes ven muchos años por delante, Moreno sufrió enfrentamientos casi absurdos con distintos sectores políticos de su época. Siempre propensos, por necesidad, a la discusión de corto plazo, muchos políticos de las primeras décadas del siglo XX hicieron críticas a Moreno desde los ángulos más contrapuestos.
Sectores más a la izquierda lo acusaron de adoptar posturas nacionalistas. Sectores más a la derecha lo veían, en cambio, como un criticable internacionalista y demasiado amigo de Inglaterra, según la torpe argumentación de que había vivido en Londres, tenía amigos allí e impulsaba abiertamente el tendido de ferrocarriles, cosa que hizo efectivamente, con su conocido proyecto de ley para extender la red ferroviaria argentina, pero no para favorecer a empresa alguna sino para invitar genuinamente a la inversión.
Ni unos ni otros de esos críticos entendían que Moreno era uno de esos grandes liberales del siglo XIX, de aquellos que comprendían que el progreso y la modernización avanzan por encima de las fronteras, pero que estaban imbuidos, a la vez, de un fuerte sentimiento nacional. En realidad, esa dificultad para entender la necesidad de una síntesis ideal entre la identidad nacional y la necesidad de abrirse al mundo es la que subsistió hasta hoy en la Argentina y que explica, en buena medida, los retrasos y estancamientos sufridos por el país por falta de adaptación al mundo real. Contra eso luchaba Moreno y también allí su mensaje es válido hasta hoy.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario