Tarde, el Gobierno baja sus banderas: drogas, dólar, Clarín, inflación, intendentes del PJ y hasta Venezuela. ¿Seguirá? Nadie se atrevió nunca a decírselo a Cristina. Es que les temen a sus gritos y castigos. Pero como en el cuento de Andersen, la reina está desnuda. El modelo se fue descascarando hasta quedar, impúdicamente, con su esqueleto al aire. En los últimos tiempos las evidencias son de una contundencia irrefutable hasta para los que se fanatizaron por convicción o por dinero.
Alfredo Leuco en Ni el volantazo alcanza.
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