Hace muy poco este mismo gobierno desperdició una oportunidad increíble de arreglar muchos desajustes de un modo menos cruento. Lo que los economistas gustan llamar un "aterrizaje suave". En noviembre, con apenas hacer un par de gestos en el sentido correcto el dólar blue bajó, la brecha con el oficial se achicó mucho, se aceleró el ritmo de devaluación sin que fuera directo a los precios y la Bolsa subió muchísimo. Había una oportunidad de hacer un tránsito menos cruento, menos ortodoxo, porque una parte no menor del sector privado estaba dispuesta a financiar la travesía del desierto.Cristina Kirchner prefirió lo que más le gusta: pelear. Abrir las puertas del infierno al negarle la Gendarmería al cordobés José Manuel de la Sota y quedarse sola sin más remedio que el ajuste brutal, mientras grita a los cuatro vientos que la única víctima es ella.
De Jorge Oviedo en el artículo Con la remera del Che y las medidas del FMI.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario