HOMENAJE AL SONETO BARROCO
Todo la edad lo descompone y muda.
Queda el despojo de la llama ardiente.
Lo que fuera esencial es accidente,
la certidumbre ni siquiera duda.
No existe tiempo que me dé su ayuda
si el aliento vital huye indolente.
Adiós, adiós, adiós, dice el presente
y muestra entera la verdad desnuda.
Ven ya, miedo de sabios y del fuerte;
porque la fuerza y la sabiduría
poco valen al fin ya de un terceto.
Siguiendo la común humana suerte,
a todos llegará el último día
como el último verso a este soneto.
Fernando Ortiz
(1947-2014)
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