Como ejemplo de este tipo de comportamiento (populista) podemos señalar el caso del gas natural que lo consumimos a un precio 6 veces inferior al internacional por muchos años y al final tenemos que importarlo a un precio mayor incluso que el internacional, y no tenemos más remedio que hacerlo, pues no desarrollamos a tiempo la exploración y explotación propia al pagar un precio irrisorio en boca de pozo a los productores. Tenemos que importarlo, salga lo que salga, pues sin energía no anda nada. En casi todos los sectores podemos encontrar ejemplos de este comportamiento populista. Estos pueden ser la carne y el trigo, dos alimentos clave de los argentinos, casos en los que también se ve claro la idea de consumir barato sin pensar en el después, en la producción. Siendo el "granero del mundo" casi tenemos que importar esos productos y hemos tenido que prohibir su exportación o ponerle cupos para seguir gozando en lo inmediato de precios ínfimos para el consumo interno.
En Compulsión a la repetición en la economía de Orlando Ferreres.
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