A los ansiosos que esperan el helicóptero y un Armagedón en breve, me permito comentarles que le asigno a dicho escenario una bajísima probabilidad de ocurrencia de caras a las presidenciales del 2019. A los ansiosos que ya esperan un rebote mágico, me permito aconsejarles que bajen varios cambios y que comiencen a imaginar una Argentina rota económicamente, con bajísima capacidad de crecimiento sostenido pero dicha realidad no necesariamente implica caos. Me imagino a una nación con largos años de asistencia financiera que seguirá un camino de mediocridad subsidiada y siempre bajo el acecho de un shock de incertidumbre que lo pueda complicar todo. Esta es la Argentina de todos, esta es la Argentina que nunca nos animamos a corregir. Lo lamentable es que en economía los problemas no pueden ignorarse, de una u otra forma te golpean la puerta y la manera de hacerlo esta vez fue mediante un shock licuatorio cuyos costos ni siquiera han comenzado a develarse para lo que será un durísimo segundo semestre con alta recesión e inflacion. Bienvenidos a la definición mas ácida y contundente del gradualismo, concepto que en 2016 fue abalado por la mayoría de los argentinos.
Copiado de La Argentina que se viene: entre la mediocridad y la incertidumbre.
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