Wall Street puede esperar; para la Argentina la demora es gravosa. Ya instaló el acuerdo con el FMI y una tregua en el mercado de cambios, y necesitaría cimentar la estabilización financiera con la rúbrica de una recuperación más firme de bonos y acciones que la aleje de lo que todavía es el borde de un abismo.
Nada más contraindicado para su suerte que la aversión al riesgo en los mercados internacionales. La silueta de la guerra del comercio le tapa el sol. Una indefinición que le quita recorrido pero no la libra de su otro karma. Con la inflación en ascenso en EE.UU., y la guerra en veremos, la Fed será tenaz en su empeño de volver a izar las tasas de interés.
Copiado de Las consecuencias para Argentina de la guerra comercial entre China y EE.UU.
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