Entre Neuquén y Río Negro se concentra el 85% de la superficie de frutas de pepita del país. Generan el 95% de las exportaciones de ese rubro. Esa producción nace en 2.300 explotaciones primarias, que se extienden por alrededor de 45.000 ha., todas ellas bajo riego.
El 70% de esos productores frutícolas poseen menos de 15 has., englobando en total el 25% de la superficie productiva de frutales de pepita.
Reflejan una estructura atomizada, con explotaciones con un tamaño por debajo de la suficiencia económica. Esta escasez de rédito provoca retraso tecnológicas, por lo que el nivel productivo es inferior a la media.
De acuerdo a un estudio técnico de la Universidad del Comahue, las explotaciones de menor extensión se ubican en su mayor parte dentro del nivel tecnológico bajo, expresado por la amplia difusión del sistema tradicional de conducción de plantaciones, con baja densidad de plantas por hectárea (530), con plantaciones de gran edad (28 años en promedio), y con muy reducido uso de tecnologías de control de heladas (menos del 10% del total), poniendo en producción, en promedio, 9 ha. de frutales.
Copiado de Peras y manzanas.
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