“Las familias hoy no ahorran. Los impuestos recaen en las personas, en particular, las más pobres. Las empresas grandes los transfieren a precio.
Quienes no pueden volcar sus impuestos a otros son las familias y los pequeños industriales y comerciantes, los talleristas, los productores agropecuarios. Estos agentes han sido sorprendidos por esta crisis sin resto, lo que los acerca a la quiebra.
El peso del Estado argentino ha crecido de un 22%/25% histórico (desde Roca 1906 hasta Menem 1999) a un 45%/48% en la actualidad.
El impacto en las familias es que han pasado de resignar un 20% a casi la mitad de lo que ganan. La consecuencia es simple: el dinero no alcanza.
Dos generaciones atrás, un trabajador, aún el más humilde, podía comprar o hacerse una vivienda. Hoy es inaccesible. El departamento que usted no pudo comprar es la suma de los impuestos que ha pagado en exceso por años sobre el 20% de sus ingresos.”
Copiado de El dinero de la corrupción nunca vuelve
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