sábado, mayo 19, 2018

Macri está solo

El gasto tiene que bajar para que baje en serio la inflación. Y en ese camino tienen que reacomodarse los precios relativos, que la sociedad va generando durante años y que el proceso inflacionario destruye. Esa lucha por restablecerlos es titánica, feroz, sin cuartel. No todo se seguirá consumiendo en la misma proporción. Sin un juego de precios relativos estables, y en un panorama inflacionario, no hay inversión. Y la inversión es la única chance de Cambiemos.

Véase el problema tarifario. Antes de la repartija peronista, el consumidor dejaba de comprar algunos bienes para pagar la luz. La mezcla de subsidios e inflación le permitió pagar la luz y aumentar el consumo de otros bienes. Pero destruyó la inversión. Pagar el precio real de la luz necesariamente le hará volver a consumir menos de los demás bienes. Regalarle plata para que pueda consumir lo mismo es crear más inflación. Pero el supuesto de bajar cualquier consumo es inaceptable para la política. Sin embargo, sin esas recesiones parciales no se solucionará el problema. No entender estos puntos o caer en el juego de intereses implica el riesgo adicional de no estudiar ni diferenciar el gasto que se baje, o no bajar el gasto correcto, otra distorsión de precios relativos. En ese aspecto, el índice de precios al consumidor es un indicador más político que económico.

Copiado de El país otra vez ante su eterno dilema: seriedad o gasto.

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