-Un acuerdo de esta naturaleza genera entusiasmos generales y preocupaciones específicas. ¿Qué pasará con mi actividad?, se preguntan muchos empresarios; ¿qué ocurrirá con mi puesto de trabajo?, se preguntan los asalariados y los dirigentes sindicales.
-Razones no les faltan. Cuando usted estudió en la universidad, los cursos de comercio internacional se ocupaban del análisis de los aranceles y los tipos de cambio, mientras que las distorsiones impositivas, laborales, etc., se estudiaban en otras materias, o no se estudiaban. Un acuerdo como el que acaban de firmar el Mercosur y la UE requiere que a todas estas cuestiones se las analice de manera simultánea.
-¿Qué quiere decir?
-Imagínese que en la Argentina existe un empresario que se beneficia por un arancel a la importación del producto que fabrica, pero paga un flor de impuesto municipal por la energía que utiliza en su fábrica. Se implementa el acuerdo, se abre la economía, pero el impuesto municipal no se elimina. Puede quebrar una empresa que no debería quebrar. Esto lo sabe cualquier alumno de economía, pero es importante que se tenga en cuenta cuando se implemente el acuerdo. La historia argentina dice que quienes implementaron los procesos de apertura económica, generalmente se olvidaron de remover el resto de las distorsiones existentes.
-Bueno, pero algunos sueñan con que, precisamente, implementar el acuerdo forzará la revisión del resto de las distorsiones.
-Como usted bien dijo, sueñan. Pero en política económica soñar puede ser muy peligroso.
-¿Y entonces?
-Los economistas profesionales, pero también las cámaras empresariales, los sindicatos, tienen mucho que aportar. Porque poseen conocimientos específicos, útiles para la mejor implementación posible de este tipo de acuerdos. Sería más que lamentable que, a raíz de este desafío, los economistas profesionales se limitaran a enunciar los primeros principios, y los representantes de los actores económicos se circunscribieran a lamentarse o a plantear versiones conspirativas. Hay mucho en juego, en términos de oportunidades, bienestar, etc. Como usted bien suele decir, en política económica práctica las balas no son de fogueo, sino de verdad.
domingo, julio 07, 2019
¿Nos salva o nos hunde?
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