Esta semana, a Fernández se lo vio incómodo en sus zapatos de candidato. Pareció un hombre preso de sus palabras. De aquellas que pronunció cuando se ubicó en la vereda de enfrente del gobierno de Cristina y ahora regresan. De poco vale la "moderación" cuando falta la coherencia.
Copiado de Alberto Fernández, un equilibrista en apuros.
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