"... el camino de la innovacion nunca fue tranquilo. la innovacion implica cambio, y el cambio trae alegrías y penurias, en partes iguales. El desarrollo social genera ganadores y perdedores, nuevas clases de ricos y pobres, nuevas relaciones entre hombres y mujeres, ancianos y jóvenes. Incluso es capaz de hacer surgir nuevos núcleos, cuando las ventajas del atraso conceden poder a los que hasta entonces habían vivido en la periferia. Su crecimiento depende de que las sociedades sean más grandes, más complicadas y más difíciles de gestionar; cuanto más desarrollo social, más se multiplican las amenazas para su supervivencia y crecimiento. He aquí la paradoja: el desarrollo social causa él mismo las fuerzas capaces de subyugarlo. Cuando la situación se vuelve incontrolable, particularmente en entornos cambiantes, que multiplican los factores de incertidumbre, lo más probable es que el proceso termine en caos, ruina y colapso, como sucedió en 2200 a.C. Como veremos en los capítulos posteriores, la paradoja del desarrollo social explica en gran medida por qué las teorías deterministas de largo plazo no pueden ser correctas.”
Ian Morís en su libro “¿Por qué manda Occidente... por ahora?”