Ya ha quedado en evidencia por qué el régimen anterior favoreció a las grandes empresas en detrimento de las pequeñas (a pesar de que el discurso oficial era justo el opuesto): porque los empresarios -actualmente confesos- cedían parte del sobreprecio a los funcionarios. Conocemos los casos de obras públicas, sin que la Justicia se adentrara en todas las otras contrataciones del Estado (donaciones a Fundaciones y Asociaciones Civiles, compras y contrataciones de los Ministerios de Salud, Educación, Ciencia y Tecnología, Interior, Defensa, artistas por precios siderales, etc.).
Impedida la exportación, la opción remanente para las PyMes es abastecer el mercado interno. Para que éste sea sustancioso es imprescindible que la mayoría de la población tenga buenos ingresos. Sin embargo, el Estado se encarga de quitarle más de la mitad de sus haberes a todos los empleados en blanco (impuesto a las Ganancias -que no es ganancia-, IVA 21%, IIBB 5%, a los combustibles, ABL, adicionales a la luz, al agua y al gas). Todo ese dinero que va al Estado, es dinero del cual los trabajadores no disponen al momento de comprar. Si una familia gasta $ 10.000 por mes en alimentos y de ellos, $ 5.000 son impuestos, son $ 5.000 menos para comprar otros productos (2). Son menos ventas.
Copiado de La política moldeó el país para que sea imposible prosperar.
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