Una de las características de las personas sanas y fuertes es que le echan pasión a lo que tienen entre manos. Pero lo hacen lúdicamente. Sin miedo. Disfrutan de su trabajo y de sus aficiones, del cuidado de su salud y de sus hijos, pero no se preocupan por ello. Viven la vida como un juego.
Y eso es posible porque son muy conscientes, a un nivel filosófico, de que lo esencial es lo esencial y lo demás, añadiduras sin importancia.
Las gafas de la felicidad, de Rafael Santandreu.
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