"Buenos Aires vivía en una fiebre política, aunque el peronismo era más social que político. Las masas, el llamado proletariado lumpen, se sentían representadas por los deschaves del jefe y su grupo. El jefe, desde la Secretaría de Trabajo y Previsión, creada por él, había hecho ciertas concesiones a la clase obrera. Estas concesiones estaban lejos de ser revolucionarias: repitamos que se basaban en leyes existentes que no habían sido aplicadas."
De Borges a contraluz, de Estela Canto.
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