La historia argentina ha tenido múltiples ejemplos de conspiraciones periodístico-políticas: el golpe a Illia fue gestado por el padre del actual canciller desde la revista Primera Plana, por ejemplo. Y Timerman Junior apoyó otro golpe, el del 76, desde el diario La Tarde. Al poder le conviene que el periodismo desaparezca; así se diluyen la mitad de sus problemas (la otra mitad la logran con la complicidad de los jueces). La idea de “periodismo militante” ayuda a ese fin: si lo importante es “la línea” y no la vida, la vanguardia militante debe elegir qué cosas la gente está o no preparada para leer. El “ejército” oficial necesita un “ejército” enemigo: todo periodista de Clarín debe ser Magnetto. Por eso los militantes les gritaban en la calle a los tiracables del móvil de Canal 13: “Devuelvan los nietos”. El Gobierno cree que del otro lado no hay trabajadores, sino soldados.Los "trabajadores" versus los "soldados", de Jorge Lanata en Perfil.
sábado, enero 07, 2012
¿Trabajadores o soldados?
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