Supongo que los finlandeses pagan mejor que nosotros a sus profesores.
No es así. Los sueldos –los he comprobado– de los enseñantes en Finlandia no son superiores a los españoles. Son parecidos.
Entonces no es cuestión de sueldo.
No, señor. Lo que sí he observado es que en Finlandia los requisitos de acceso al profesorado son más exigentes que los suyos.
Cuéntenos.
Para empezar, todos los profesores tienen que hablar perfectamente las dos lenguas del país: sueco y finlandés. Porque Finlandia es un Estado bilingüe, ya que existe una minoría –el 6 por ciento– suecohablante.
¿Usted habla sueco también?
Naturalmente: soy funcionario. Además, debemos hablar inglés. Los maestros de primaria necesitan la licenciatura en Pedagogía y la mayoría completan otra licenciatura universitaria en una materia específica: Exactas, Física, Biología, Lingüística... Muchos obtienen el doctorado antes de empezar a enseñar y existe una considerable y muy útil proporción en el aula de especialistas en problemas del lenguaje y en trastornos del aprendizaje.
¿En qué se nota toda esta exigencia?
En que no tenemos ni suspenso ni fracaso escolar tal como lo entienden ustedes.Cuando un niño se queda rezagado, el pedagogo es el propio profesor e interviene.
En La Vanguardia. Visto en Google+.
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