Hace rato que el heroico partido de los desposeídos se transformó en una poderosa oligarquía basada en feudos y en manejos discrecionales de los dineros públicos, con autosucesiones verdaderas o simuladas, y solidaridades patrimoniales de partido. La vieja épica peronista viró así hacia una casta de dirigentes humildes apegados a la administración pública que se transformaron paulatinamente en hombres ricos. "Para pensar bien no hace falta vivir mal", decía con cinismo un potentado comunista. Y el cinismo es lo que más cunde en este nuevo inframundo de demagogias, negocios privados, intereses públicos, cajas que compran voluntades y otras muchas picardías de época.Políticos populares con vidas suntuosas por Jorge Fernández Díaz
(...)Si antes robar para la corona era una aberración y tener muchos bienes suntuarios una certificación de sospecha e impudicia, hoy nada de eso resulta grave, puesto que lo más importante es la consumación del modelo
domingo, enero 08, 2012
Vidas suntuosas
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