Nadie pretende un Presidente que sepa aprovechar cuando sopla viento de cola, que entienda el mundo, que recupere el estado de derecho, que le guste la democracia y que entierre para siempre esa simpática veta autoritaria nacional.
Mucho menos un tipo que erradique abruptamente la corrupción, que en el fondo es un tema menor y viene de lejos. Esta gente que tenemos hoy no fueron los primeros chorros que caminaron por la Rosada. Alcanzaría con ir bajando el choreo de a poquito, con humildad. No se puede pasar de Lázaro Báez a Margarita Stolbizer de un día a otro.
Alejandro Borensztein en Nuevo Compañero Presidente.
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