Observo con mucha desilusión como una gran cantidad de gente que fue progresista, estuvo en cierta vanguardia, adhirió a ideologías, que equivocadas o no, fueron disruptivas y en su momento también modernas y esperanzadoras, no han sido capaces de cuestionarse nada en las últimas tres décadas a pesar de que la realidad nos paso a todos por encima, nos cacheteó, nos aleccionó sobre lo erróneo de ciertas utopías y a que pudimos asistir casi en directo, al triste final que tuvieron, no digo algunos, sino la totalidad de los países que las intentaron (la mayoría sucumbieron al convertirse en totalitarismos, generalizar la pobreza y en algunos tristes casos, como el de Cuba y Corea del Norte, incluso en nepotismos donde gobiernan las mismas familias desde hace décadas y se pasan el poder de hermano a hermano, de padre a hijo, de hijo a nieto). Esta gente progre y “piola” (adjetivo que les encanta usar para referirse a sus compañeros del mismo club) se han convertido en guardianes celosos de los mismos preceptos, de las mismas recetas y de la misma cosmovisión victimista echada por tierra por la innegable realidad. Hay que decirlo, todos sufrimos desencantos!, desde pequeños hasta profundos y dolorosos (sobre todo aquellos que fueron militantes comprometidos, sufrieron la perdida de algún ser querido en la guerra sucia o tuvieron que tomarse el palo para salvar el pellejo) pero hay que tener la valentía de aceptar las cosas en las que estuvimos equivocados y no aferrarnos tercamente a ellas y tratar de defender posiciones ciegamente. Por eso no me canso de decirlo; EL PROGRE ARGENTINO ES EL NUEVO CONSERVADOR. Se preguntarán; “que es lo que conservan como para llamarlos conservadores?”. Y les diré que conservan la misma ideología desde hace treinta años, que conservan la misma mirada setentista sesgada, los mismos enemigos y su caracterización, los mismos viejos rencores y las mismas, ya descoloridas, banderas… y por supuesto conservan y atesoran una gran cantidad de “artefactos” y objetos de esas viejas, anticuadas y caídas en desgracia ideologías. Artefactos que cada tanto desempolvan, lustran y les pasan un trapito mientras los invade la nostalgia y se les llenan los ojitos de lágrimas:Son infaltables en la casa de un típico “progre”: un ejemplar de 'Las Venas Abiertas de Latinoamérica' en la mesa de luz, unas cuantas Página12 de los 90’s cuando todavía no era un pasquín oficialista y Lanata era “de los nuestros”, un ejemplar del 'Nunca Más' (en el cual por más que te esfuerces y le pongas ganas nunca leerás el número 30.000 por ningún lado), una calcomanía del PT de la época en que Lula todavía hablaba de revolución proletaria y perdía en sus primeras intentonas, un cancionero soporífero de Silvio, Victar Jara y los Quilapayún, un buen par de posters del Che y de Rosa Luxemburgo, el vinilo de la Fusa con aplausos grabados, el de “Abril en Managua” con el hit “No pasarán!” que tanto nos emocionaba, unos VHSs de Les Luthiers (el humor correcto para el paladar del que se autodenomina intelectual) y por supuesto no puede faltar en la biblioteca una edición del enorme libro de 1867 que nunca leyeron ni leerán de Carlitos Marx (aunque lo citarán toda la vida con pretendida autoridad).Es una pena que espíritus que supieron ser rebeldes cuando las papas quemaban ahora se hayan vuelto dóciles y caigan en el error tan evidente de creerse COHERENTES por ello. Nada más falso!!!, cuando la situación cambia, el mundo cambia y la realidad nos ilumina, ser coherente consiste justamente en evolucionar con ella y no aferrarse a las misma radiografía estática de hace treinta años. Pero no, lamentablemente la “juventud maravillosa” y sus admiradores optaron por sumergir sus ideologías en formol y así las convirtieron en verdaderos dogmas. Se olvidaron que lo que realmente tenían que mantener y cultivar eran sus principios y valores y que para ello las ideologías pueden ser totalmente descartables! Me gusta poner como ejemplo de esta confusión a Fidel Castro, el máximo ídolo vivo del progresista. El barba no pasará a la historia como un tipo coherente por morirse pensando lo mismo toda su vida. Muy por el contrario, en el futuro se lo recordará como un conservador, un terco que no tuvo la valentía y los cojones de evolucionar! Una pena, porqué nadie puede discutir que Fidel ha sido un gran tipo pero como dice el refrán: “El camino del infierno esta empedrado de buenas intenciones”
Para mí, Castro es un Dictador más. Con el resto del texto coincido. Qué bueno que los "progres" empiecen a reflexionar y que acepten que estaban equivocados y que son fósiles hoy en día.
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