(...) la misma Cancillería que firmó el ominoso pacto con Irán urgió a condenar el aberrante atentado en Nigeria "con el mismo vigor", pues "la Argentina honra sin diferencia alguna la condición humana de todas las víctimas". No lo parece si, siguiendo el consejo de Saintout, se atiende al contexto. Es el diablo que se muerde la cola.En su inclaudicable afán autorreferencial, la Presidenta ordenó hace unos meses que, si le pasaba algo, "miren al Norte". Pero cuando miramos al Norte, apenas si vemos a víctimas invisibilizadas como Néstor Femenía y tantos otros que mueren en el día tras día por la inanición o la violencia. Inanición o violencia de Estado.Nos llevará varias generaciones desarmar esta maquinaria perversa y recuperar la dimensión de los valores en el marco de una Justicia que proteja a quienes vivimos a la intemperie, sojuzgados por un gobierno autoritario con la complicidad de una oposición inerme. Mientras tanto, los bárbaros vienen marchando.
Copiado de Confundir víctimas con victimarios, de Diana Cohen Agrest.
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