El populismo, para ganar y sostenerse, ofrece bienestar hoy (o aparente bienestar), sin importarle el mañana. Estimula el facilismo y la irresponsabilidad para conseguir adeptos, por lo cual la productividad baja. No estimula la formación de mano de obra calificada, ni estimula nuevas fuentes de trabajo. No disminuye de forma drástica la pobreza, sino que brinda a manos llenas el consuelo de la limosna. El permanente ascenso social no es logrado por ningún populismo. Esa no es su verdadera intención. El líder y su aparato burocrático "proclaman" que se solidarizan con los pobres. Pero es mentira, porque equivaldría a su suicidio. Sin pobres el populismo fallece. Los países que han conseguido minimizarlos no son populistas ni son tomados como ejemplo.
Fuente: La maquinaria del Populismo
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