jueves, febrero 26, 2015

Sin rumbo en un mundo a la deriva

Las protestas callejeras, las consignas utópicas acuñadas por los rebeldes estudiantiles del ’68 parisino y la afirmación de que sí hay alternativas radicales permiten a muchos desahogarse y, desde luego, ayudan a políticos ambiciosos que son duchos en el arte de aprovechar el rencor colectivo, pero hasta ahora todos los gobiernos formados por populistas han fracasado, dejando a quienes habían confiado en sus promesas en una situación aún peor que la que antes habían encontrado insoportable.
De James Neilson en Perfil.

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