Las que no se han cumplido fueron las predicciones apocalípticas de los detractores del sistema productivo vigente actualmente, que decían que era una "crisis final del capitalismo" y que desde allí iba a surgir un nuevo sistema de organización de la producción. Esto no solo no ocurrió, sino que el capitalismo se consolidó, aun en países que tienen sistemas políticos muy diferentes, como por ejemplo en China.
Nosotros debemos aprender la lección: hemos preferido desde el Estado subsidiar a las personas en situación de pobreza para que puedan satisfacer sus necesidades básicas, pero esto no los saca de seguir en esas condiciones y lo que peor es que se los condena a votar al Gobierno para seguir recibiendo el subsidio.
En lugar de haber usado los enormes recursos de los altos precios de las commodities dando meramente subsidios tendríamos que haber generado una red de carreteras y de trenes, un plan de obras de infraestructura y otro de exploración y explotación de petróleo y gas. Así hubiéramos ocupado productivamente y formalmente a todas esas personas. Además de haber sostenido un mejor nivel de consumo de la población ya no tendríamos ese 27,5 % de personas en situación de pobreza que aún hoy subsisten en nuestro país. Más aún, también contaríamos con una oferta energética nacional para cubrir nuestras necesidades y todas las obras de infraestructura que no hicimos por subsidiar meramente el consumo.
No repitamos más los errores del ingenuo populismo. Más Macroeconomía y menos experimentos heterodoxos, es lo que necesitamos.
En Más macroexonomía y menos experimentos heterodoxos, de Orlando Ferreres.
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