Yo no sé qué paso con el fiscal Nisman, deberá determinarlo la autoridad competente. Tengo enquistada la idea de que perdió su vida por denunciar a las altas esferas del poder, por descubrir una trama escabrosa. Y si mi impresión es correcta, entonces este fiscal se ha convertido en un mártir de nuestra República. Y si queremos que estos héroes sigan surgiendo y ejerciendo estas acciones republicanas, entonces tenemos que honrarlos. Me indigna escuchar a quienes se refieren con desdén a la denuncia que presentó el fiscal. Me indigna porque independientemente de que fuera cierta o no, su vida se derramó por esa denuncia. Lo menos que merece alguien que murió por defender aquello que él consideraba la verdad es respeto, el respetuoso silencio de aquellos que cobardemente se esconden tras las comodidades del poder.
Los héroes de la República, de Christian Joanidis.
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