Después de cuatro días, volvimos todos sanitos. No nos degolló nadie, pese a que la Compañera Jefa alertó sobre las amenazas que afortunadamente no se concretaron. De hecho pasamos de “los de ISIS me amenazaron, seguramente porque soy amiga del Papa” a “lo de ISIS parece un montaje televisivo y yo, últimamente, desconfío de todo” . Por suerte esto lo dijo en una mesa chica de no más de 10 personas. El hecho de que esa mesa estaba dentro del edificio de la Naciones Unidas, sea el Consejo de Seguridad, y que entre esas pocas personas estuviera el primer ministro inglés David Cameron, el presidente de Francia François Hollande y un muchacho de color que responde al nombre de Barack, es un dato menor que no hace al fondo de la cuestión.
Copiado del artículo de Alejandro Borensztein, Todas las conspiraciones conducen a New York.
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