viernes, septiembre 12, 2014

Antimperialismo bipolar

Para simplificar: a La Doctora le fascina pelearse con quien quiere que la acepte.
Anhela ser recibida en la Casa Blanca. Con la pompa que se lo recibió a Carlos Menem. Cuando al argentino le bastaba, para ingresar a Miami o Nueva York, con un registro vencido de conductor.
(...)
Mire que ella, antes de ponerse el casco oral, se esmeró en la etapa de los méritos. Entre los billetazos limpios para el CIADI. Con los billetazos humillantes por la catástrofe de Repsol. Con decirle que Kicillof, El Gótico, es un ponedor compulsivo. Puso dos mil novecientos palos de más para el Club de París. Le puso el pecho y las nalgas a todos los punitorios. Es el negociador ideal para tenerlo de contraparte.
Copiado de El antimperialismo bipolar, de Jorge Asís.

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