El viernes pasado, con un decretazo de necesidad y urgencia, la Presidenta subió el gasto público en $ 200.000 millones, equivalentes a 24.242 millones de dólares al tipo de cambio oficial y a casi a quince veces la demanda de los fondos buitre. Los 200.000 millones representan cuatro presupuestos del Ministerio de Desarrollo Social y doce del Ministerio de Salud.Para mayor abundancia, datos de la consultora abeceb.com revelan que con esa plata sería posible comprar la producción automotriz de dos años. Y el 78% de las cosechas de soja, maíz y trigo juntas.Pero si esos números ya impresionan, vuelan directo a la estratósfera cuando se advierte que este año los gastos del Estado nacional desbordarán largamente el billón de pesos. Y que, ni aun superando el billón, alcanzará la recaudación impositiva: será necesario seguir exprimiendo en grande las cajas del Banco Central y de la ANSeS. Un billón de los nuestros suman 121.000 millones de dólares.Está claro que el problema no son los pesos, porque para eso existe la máquina de imprimir que trabaja a destajo. El problema es la falta de dólares y no hay Ciccone que valga.
Copiado de Los números mágicos del profesor Kicillof.
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