La propiedad es libertad; lo que nos falta lo tiene el Estado para despilfarrar. Nuestros padres y abuelos sí podían comprar o hacerse sus casas. Ahorraban dólar sobre dólar u obtenían un crédito del Banco Hipotecario (cuando funcionaba), o compraban un terreno y construían ladrillo a ladrillo.
Copiado de Por la orgía de impuestos, sólo una élite puede tener su casa
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