La discusión de mis propuestas de reforma educativa ganó los cafés y las tertulias. Un porteño, de cuyo nombre no quiero acordarme, me interpeló en un encuentro y ante otros invitados me aseguró que mi planteo, tan democrático y popular, sería rechazado por una sociedad aristocrática como la porteña:
—Aristocracia, sí, pero con olor a bosta –le repliqué.
Un estanciero presente intervino, de soslayo, con tono sarcástico:
—Si a estos jóvenes liberales se los pone patas para arriba, no se les caerá ni un cobre –espetó, sobrador.
—A ustedes, en cambio –contesté vehemente–, no se les caerá nunca una idea. La respetabilidad les viene de la procreación de los toros alzados de sus estancias.
Sarmiento "habla" en Yo, Sarmiento,
biografía del sanjuanino escrita por Roberto De Titto.
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