Dice Caparrós:
La idea es sorprendente: contra la tendencia de la política a pensar a las personas en conjunto, ésta deja su lugar al individuo. Algunos dirán que el Estado debería hacerse cargo y dar pautas precisas, y que no hacerlo es sentar un raro precedente. A mí en cambio me atrae –me intriga– este cambio de lógica: que cada cual se ocupe. El individuo en su versión más brutalmente individual: la duda hamletiana. ¿Soy o no soy? ¿Merezco o no merezco? ¿Preciso o no preciso? ¿Dónde debo ponerme?Visto en El País, Argentinos a pensarse de Martín Caparrós
(...)Después el problema simétrico se planteará a los que más o menos llegan a fin de mes. Cuando decidan si piden o no que les devuelvan el subsidio, estarán definiendo su lugar: ¿soy, entonces, un pobre? ¿Qué es un pobre? ¿Yo? ¿Soy alguien que tiene que pedir una limosna del Estado para sobrevivir? ¿Prefiero pensarme como tal o hacer un esfuerzo extra y pensarme como uno que consiguió depender de sí mismo? ¿Es un derecho, me corresponde? ¿Si les pido el subsidio les voy a estar debiendo algo? Yo podría arreglármelas sin eso, pero va a haber millones como yo que lo van a pedir igual, ¿voy a ser el único boludo? ¿Me lo merezco? ¿Qué me merezco, el subsidio o tener que pedirlo? ¿De verdad soy un pobre?
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