Los planes sociales han sido otra importante fuente de gastos para la sociedad que sólo lograron perpetuar a millones de personas en la dependencia del Estado o de aparatos políticos. Su situación ha sido bien descripta por Calvin Helin, un escritor canadiense y aborigen, que a partir de sus estudios sobre las políticas para las comunidades indígenas de su país, Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda, nos invita a repensar los planes sociales a partir de un conocido proverbio chino: "Regala un pescado a un hombre y le darás alimento para un día; enséñale a pescar y lo alimentarás para el resto de su vida". Helin revela que, pese a las políticas asistencialistas, que incluyeron la entrega de tierras, dinero, alimentación y salud a los pueblos originarios, en compensación por su antiguo sometimiento, esas comunidades mantuvieron niveles de pobreza e indigencia superiores a la media de sus países, en tanto que su dependencia económica del Estado pasó de generación en generación. Los indígenas norteamericanos tenían, además, la mayor tasa de violencia doméstica y de adicciones al alcohol y las drogas, un 87% más de homicidios, un 60% más de suicidios y un 203% más de accidentes automovilísticos que el promedio de los Estados Unidos.
Los trabajos de Helin plantean la necesidad de trabajar por la autosuficiencia, fomentando la creación de pequeñas empresas, y no por la dependencia permanente del Estado. Según el Ministerio de Producción, hay en la Argentina unas 650 mil empresas, de las cuales el 99,5% son microempresas y pymes. Si cada una de éstas pudiese crear en promedio un puesto de trabajo por año, en un solo período presidencial cambiaría el país. La intención del Gobierno de transformar cada plan social en un voucher para convertir a su beneficiario en empleado de una empresa privada que recibiría beneficios impositivos es saludable. ¿Se animará el Presidente a adoptar un plan similar para que una porción de los empleados públicos sea absorbida de la misma forma por el sector privado? Suena utópico en un año electoral en el que nadie quiere resignar populismo. Sin embargo, Macri podría demostrar así que el Estado está pensado para serle útil a la sociedad y no para seguir financiando la actividad política.
El dilema pendiente de Macri: qué hacer con el Estado, artículo de Fernando Laborda.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario