La situación planteada en las diferentes cartas, me hace reflexionar sobre varias cosas: las privatizaciones de los monopolios estatales a manos privadas no fue perfecta. Creo que las empresas manejan los negocios mucho mejor que el Estado, pero también creo que el Estado debe controlar con firmeza a estas empresas y castigarlas si incumplen su contrato con los usuarios. Ese control debe ser mayor aún si existe monopolio.
Sería mucho mejor que el Estado promueva el fin de los monopolios incentivando a las grandes empresas a invertir. Que el Estado permita el ingreso al mercado de las telecomunicaciones a nuevas empresas mejorará la calidad del servicio e incluso podría disminuir los precios de acceso a Internet. La falta de inversiones en telecomunicaciones es notoria, según el propio Gobierno Nacional. Es irónico que la carta del Sr Gianserra, la que reproduzco, esté al lado-en la edición impresa de La Gaceta- de la editorial de hoy: La difícil misión de atraer inversiones. Allí se lee que Beatriz Nofal, flamante Presidenta de la Agencia Nacional de Inversiones (ANI), ha viajado a EE UU para atraer inversionistas. ¿Sirve viajar? Para atraer inversiones tenemos que ser un país serio. Y eso lo hacemos entre todos. La propia editorial de La Gaceta dice:
El último informe anual de la Comisión Económica para América Latina de las Naciones Unidas (Cepal) ha señalado que las inversiones en nuestro país no superaron la capacidad instalada en el sector industrial, donde los capitales externos esperan mayor certidumbre para el largo plazo (...) Tampoco la acción gubernamental avanzó lo necesario en temas tan requeridos como la reforma impositiva, la nueva ley de coparticipación federal, las reformas del sistema financiero y de la banca pública, y las tarifas de servicios.En realidad la Agencia se llama Agencia de Desarrollo de Inversiones (ADI) y no ANI etc como publicó La Gaceta. Por el bien de todos, le deseo éxitos a la Presidenta de la ADI en su viaje; aunque sé que un país serio y atractivo para los inversores no lo hace una sola persona, sino todos. La carta de lectores que reproduzco está aquí.
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