Hasta los propios kirchneristas de pura cepa tragan saliva frente a la tormenta. Cristina le entregó todo el poder a un muchacho cuyo mayor antecedente político es haber creado la agrupación universitaria Tontos pero no Tanto (TNT). Esperemos que esa sigla no sea un presagio explosivo, bromean en voz baja sus compañeros de Gabinete. A Kicillof le dicen el Cavallo del siglo XXI. Se lo dicen los enemigos de Cavallo. Habrá que prenderle una vela porque el "pendex" como lo llama su mentora, tiene en sus manos nuestro bolsillo, nuestro trabajo y nuestro insomnio. El quid de la cuestión se encuentra, como afirma Claudio Jacquelin, en que el hiperministro no está tan interesado en enderezar la cosa como en demostrar que hay doscientos años de historia económica equivocada. ¿No es fascinante sentirse parte de un experimento tan creativo?
Copiado de El nuevo plan siniestro del imperialismo, de Jorge Fernández Díaz.
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