domingo, octubre 05, 2014

Algo huele a podrido en Argentina 2

Yo no abogo por una medicina amarga sino por volver a la racionalidad: no manipular la moneda, negociar la deuda nacional, balancear el gasto público, respetar la propiedad privada, privatizar aquello que los empresarios puedan gestionar mejor, reenfocar al Estado a sus misiones básicas. Así, todos volverán a tener trabajo, los inversores vendrán y el crecimiento será sustentable.

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