Culpar a otros es, políticamente, provechoso. Quizá, también, es psicológicamente provechoso. Lamentablemente, jugar a víctimas, al final del día, te convierte en una víctima real para tu propia lástima. Debe haber alguna explicación cultural detrás de esta teoría autoderrotista de la conspiración.
Cristina ha puesto a la Argentina en el freezer y al abrirlo no va a oler bien: entrevista a Guy Sorman.
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