Transcurridos ya dos siglos de mi nacimiento y a más de cien de mi muerte creo que es hora de que cuente mi historia, mi vida, mis pasiones. Ya lo hicieron decenas de veces, pero la ocasión parece oportuna para intentarlo nuevamente, con esmero, con nuevas claves de interpretación, porque el país lo necesita: cada tanto mi sombra es aludida y es como si se me invitara a despertar del letargo obligado.Si, Sarmiento escribe su biografía y la prologa así, en abril de 2011.
Tal vez estos relatos sirvan para que los argentinos del siglo XXI encuentren algunas pistas firmes sobre su nunca concretado despegue como país independiente, soberano, democrático y republicano. Yo tuve que ver con eso; fui, creo, uno de los principales ideólogos de mi generación -estimo que el más importante- y morí mortificado -valga la tautología- pensando que había fracasado, convencido de que finalmente los enemigos del progreso habían impuesto su modelo.
Domingo Faustino Sarmiento, abril de 2011.
No, no estoy loco. Ocurre que Ricardo De Titto, Historiador, se animó a escribir una biografía del Gran Sarmiento en primera persona, como si el hombre viviese y pudiese contarnos su vida. Y De Titto justifica su audaz decisión por que "no puede haber mejor forma de hacer una biografía de un ególatra que en primera persona".
La estoy leyendo y estoy atrapado por la lectura.
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