El programa del gobierno del presidente Macri atacó los principales problemas. Salimos del cepo cambiario y comenzamos a restablecer los precios relativos. Duplicamos las reservas en el Banco Central. Salimos del default, volvimos a los mercados de crédito y la tasa de interés que pagamos por nuestra deuda es la más baja en décadas. Esta confianza que nos ha vuelto a dar el mundo se basa en que además de restablecer nuestras estadísticas, lanzamos un programa gradual de baja del déficit fiscal. En 2016, a pesar de que la economía, como resultado de los desequilibrios existentes se contrajo 2.2%, el déficit primario de la Nación bajó a 4.3%. Este año, el déficit fiscal continuará bajando, y en 2019 será de 2.2%.
Siguiendo este camino, restableceremos el equilibrio fiscal y la solvencia del Estado. Además, gracias a una nueva Ley de Responsabilidad Fiscal que estamos negociando con las provincias, también se recuperará el equilibrio fiscal en pocos años. Gradual, pero decididamente, estamos eliminando el déficit fiscal. Y lo hacemos bajando, y no subiendo la carga tributaria. Para ello es fundamental ir reduciendo el peso del gasto público en relación al PBI: este año, dicho coeficiente bajará desde 43% a 41%. Esta baja en el peso del gasto en relación al PBI no se verificaba desde hacía 15 años. A su vez, la combinación de una economía creciendo con inflación en baja, con reducción en el déficit, sin aumento de impuestos y con baja en el gasto en relación al PBI -que es la que tenemos en 2017- no se observa desde el año 1915.
Sabemos que los resultados económicos del año pasado no fueron buenos. Pero también sabemos que el año 2015 marcó el fin del proceso de decadencia que vivió el país durante décadas. La aceleración de la inflación y la contracción de la economía que sufrimos durante el primer semestre de 2016 fueron la consecuencia del ciclo kirchnerista de deterioro y despilfarro. Pero en 2016 cambiamos: nos recuperamos rápido y sobre bases sólidas. De hecho, la recesión comenzó en el último trimestre de 2015, pero terminó en el segundo trimestre de 2016. Ya en el tercer trimestre de 2016, muy tenuemente, la actividad se expandió. Y en el cuarto trimestre la economía ya creció 0.7%, lo cual representa una tasa anualizada de 2.4%.
Comienza un nuevo ciclo en la Argentina, por Nicolás Dujovne.
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