No es magia. De un lado tenés un batallón de pibes amarillos que, desde que se despiertan hasta que se van a dormir, sólo se dedican a estudiar como ganarle al peronismo.
Del otro lado, tenés a una señora que no escucha a nadie, reunida a solas con un tipo al que ella misma denomina “el pelotudo” y con su hijo, todos encerrados en la cocina, haciendo listas con un lapicito. “Mami, se me ocurrió una idea buenísima. Lo ponemos a Moreau y ganamos el voto del radicalismo!!” “Genial!!!”.
De Alejandro Borensztein en Yo, Macri, el peor de todos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario